A pesar de la legalización del cannabis recreativo en Nevada y el descenso en la afluencia turística al Strip de Las Vegas, los casinos mantienen una postura firme contra la integración del cannabis en sus operaciones. Esta resistencia no se debe a falta de interés, sino a los enormes riesgos legales que enfrentarían estos gigantes del entretenimiento.
El experimento fallido de Alexandre Rizk
En junio de 2023, el empresario inmobiliario Alexandre Rizk inauguró The Lexi, promocionado como el primer hotel «cannabis-friendly» de Las Vegas, con un piso específicamente adaptado para el consumo de marihuana. Sin embargo, lo que parecía una idea innovadora pronto se convirtió en un fracaso empresarial: a los cinco meses, la ocupación apenas alcanzaba el 30%, y el hotel comenzó a perder ofertas para eventos ante competidores que no se asociaban con el cannabis.
«Desafortunadamente, esta aventura podría costarme toda mi carrera», reconoció Rizk, quien invirtió personalmente 5 millones de dólares en el proyecto. «Le da al hotel el estigma de ser un lugar de reunión para fumetas y la mayoría de la gente no quiere estar asociada con eso».
La barrera federal insalvable
La principal razón por la que los casinos mantienen distancia del cannabis es clara: mientras la marihuana siga siendo ilegal a nivel federal, cualquier negocio relacionado con los juegos de azar que se involucre con esta industria podría perder su licencia.
Soo Kim, presidente de Bally’s Corporation, lo explica sin ambigüedades: «Los juegos de azar son parte del sistema bancario federal, por lo que el problema con el cannabis es que [los operadores de juegos de azar] no pueden participar porque está prohibido a nivel federal».
Números que hablan por sí solos
Las cifras económicas revelan por qué este riesgo es demasiado alto para los casinos. En 2024, Wynn Resorts generó 2.6 mil millones de dólares en ingresos con solo dos propiedades en Las Vegas, mientras que Caesars Entertainment registró 4.3 mil millones con ocho propiedades, y MGM Resorts alcanzó 8.8 mil millones también con ocho establecimientos.
En conjunto, estas tres empresas representan casi la mitad de los 32 mil millones de dólares que generó la industria del cannabis estadounidense en 2024. El total de ingresos de todos los casinos del Strip alcanzó los 22 mil millones el año pasado.
La demanda existe, pero los riesgos también
A pesar de las barreras legales, existe un interés significativo por parte de los consumidores. Una encuesta del Instituto de Política de Cannabis de la Universidad de Nevada, Las Vegas, reveló que aproximadamente el 40% de los encuestados apostaría en un casino que permitiera el consumo de cannabis, mientras que el 70% se mostró a favor de que un hotel y casino tuviera una zona designada para el consumo.
Riana Durrett, directora del Instituto, argumenta que las estrictas normas de Nevada van más allá de lo necesario para proteger a la industria del juego, y que estas restricciones excesivas favorecen al mercado negro.
Perspectivas para el futuro
Aunque algunos empresarios como Seth Schorr, director ejecutivo de Fifth Street Gaming, ven potencial en la integración del cannabis con la industria del entretenimiento a largo plazo, la mayoría coincide en que, sin cambios en la legislación federal, los casinos simplemente no pueden arriesgarse.
Brendan Bussmann, socio gerente de B Global, lo resume con claridad: «[El cannabis] viola directamente la ley federal, por lo que el juego no puede tomarse las mismas libertades que otros negocios. Y aunque los votantes de Nevada lo han aprobado, ninguna conversación debería siquiera considerarlo».
Para la comunidad del cannabis, este caso ilustra perfectamente cómo las contradicciones entre las leyes estatales y federales siguen siendo el mayor obstáculo para la normalización completa de la industria, incluso en lugares como Las Vegas, conocidos por su apertura hacia diversos «vicios» legales.
Artículo adaptado de: Forbes US: Why Las Vegas Casinos Won’t Gamble On Cannabis
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