La Ciudad de México está experimentando una transformación silenciosa pero significativa en el panorama del consumo de cannabis. Lo que antes operaba completamente en las sombras ahora emerge como una industria sofisticada que ofrece espacios exclusivos donde los consumidores pueden disfrutar de productos de cannabis en ambientes seguros y elegantes.
De la Clandestinidad a la Exclusividad
En los últimos años, la capital mexicana ha presenciado el surgimiento de clubes cannábicos que van desde discretos locales con apariencia de dulcerías hasta lujosos espacios en zonas exclusivas como Polanco. Este fenómeno representa una evolución significativa en cómo se consume y percibe el cannabis en México, alejándose gradualmente del estigma tradicional para acercarse a un modelo basado en comunidad, información y consumo responsable.
Koots: Un Referente en la Experiencia Premium
Un ejemplo destacado de esta nueva tendencia es Koots, un club privado con sucursales en Polanco y la colonia Roma. En su local de Polanco, los miembros pueden acceder a un sofisticado «dab room» equipado con cómodos sofás y ambientación psicodélica, donde se pueden consumir extractos concentrados de cannabis conocidos como «dabs».
Para convertirse en miembro o «kooter», los interesados deben presentar identificación oficial y adquirir una membresía, con opciones que incluyen un pase diario por 150 pesos, una mensualidad de 420 pesos (guiño al código cultural cannábico), o una anualidad de 3,500 pesos. Estas membresías otorgan acceso exclusivo tanto a los productos ofrecidos como a las instalaciones especializadas para su consumo.
Más Allá del Consumo: Construyendo Comunidad
Lo que distingue a estos nuevos clubes es su enfoque en crear una experiencia integral. No se limitan a la venta de productos, sino que buscan fomentar un ambiente de aprendizaje e intercambio de conocimientos. Los miembros pueden encontrar una amplia variedad de derivados de cannabis, desde vapeadores y gomitas hasta dulces y porros, disponibles en variedades sativa, índica o híbrida según los efectos deseados.
Estos espacios están promoviendo un cambio de paradigma al construir comunidades informadas, donde los usuarios pueden sentirse cómodos para hacer preguntas sobre la planta, sus efectos y usos responsables, generando una retroalimentación positiva entre consumidores.
El Marco Legal: Navegando en un «Mercado Gris»
El auge de estos clubes se debe en gran parte a la declaratoria de inconstitucionalidad emitida por la Suprema Corte de Justicia en 2019, que reconoció el uso lúdico y el cultivo de cannabis sin fines de lucro como parte del derecho constitucional mexicano. Sin embargo, la falta de una reforma adecuada a la Ley General de Salud ha creado un «mercado gris».
Los clubes operan amparándose en resoluciones judiciales que permiten el cultivo para uso personal, utilizando un sistema de «donaciones» donde cada punto donado equivale a un peso mexicano y puede intercambiarse por productos o servicios. Esta ambigüedad legal genera tanto oportunidades como desafíos para el sector.
Calidad y Trazabilidad: El Futuro de la Industria
Un aspecto fundamental que distingue a estos clubes es la calidad de sus productos. A diferencia del cannabis ofrecido en puntos de venta informales, estos establecimientos suelen contar con productos de alta calidad, resultado de semillas mejoradas y técnicas avanzadas de cultivo.
Expertos del sector enfatizan la importancia de la trazabilidad en el proceso: conocer el origen, porcentaje de componentes activos como THC y CBD, y el tipo específico de planta no solo mejora la experiencia del consumidor sino que también incrementa la seguridad.
Perspectivas y Retos
A pesar de su crecimiento, estos clubes enfrentan importantes desafíos. La falta de una regulación clara genera incertidumbre en su operación, afectando su sostenibilidad a largo plazo. Sin proveedores debidamente regulados, el abastecimiento no está garantizado, lo que ha llevado al cierre de algunos clubes prominentes después de periodos relativamente cortos de operación.
No obstante, el potencial de esta industria emergente es considerable. Además de satisfacer una demanda creciente, tiene la capacidad de generar empleos en diversas áreas como cultivo, transporte y distribución, contribuyendo al desarrollo económico local.
Para los profesionales e interesados en la industria del cannabis, estos clubes representan un interesante caso de estudio sobre cómo puede evolucionar el mercado cuando se encuentra en ese punto intermedio entre la prohibición total y la regulación completa.
El futuro de estos espacios dependerá en gran medida de las reformas legislativas pendientes que podrían proporcionar un marco legal más estable para su desarrollo, transformando lo que hoy es un «mercado gris» en una industria formal que combine responsabilidad social, calidad y experiencia premium para sus usuarios.
Fuente: Milenio – Clubes de marihuana en CDMX: de un toque en Reforma al lujo en Polanco