Pues nada que la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) le regresó al regulador sanitario Cofepris la propuesta del reglamento de cannabis medicinal para que plantee correctamente el impacto regulatorio.

En un documento de 10 páginas, los comisionados de Conamer le explican al titular de Cofepris, José Alonso Novelo Baeza, por qué está mal hecho el Análisis de Impacto Regulatorio (AIR). Detallan cómo debe entregarlo y cómo tiene que justificar cada uno de los aspectos que se están buscando regular con dicho reglamento para el uso terapéutico de los derivados de la mariguana.

Abogados del sector nos explican que el que Conamer lo haya regresado quiere decir que no pudieron ni siquiera revisar en forma cómo el reglamento de cannabis va a impactar los trámites para los agentes económicos porque de origen no está correctamente planteando los caminos que deben tomarse para el desarrollo de las distintas actividades relacionadas con el cannabis de uso medicinal.

El mayor problema, nos comenta el doctor Gustavo Oláiz, presidente de la Asociación Mexicana de Investigación en Cannabis (Amexicann), es que se vuelve a retrasar el proceso para permitir la investigación en cannabis que es lo más importante; y así como vamos lo más triste es que se aleja la oportunidad de que México pueda jugar un papel protagónico en la investigación en torno a los cannabinoides, sustancias liberadas en cada vez más países y que son prometedoras por su muy probable beneficio médico y pocos efectos adversos en el organismo.

Lo lamentable es que otros países -que no tienen la riqueza y variedad genética de semillas de cannabis como sí la tiene México- están avanzando muy ágilmente y conseguirán más rápido la evidencia científica del uso terapéutico de la mariguana. Es el caso de Australia, Nueva Zelanda y Dinamarca donde sus gobiernos han tenido la visión y están impulsando los proyectos de investigación con cannabis y es muy probable que sean los primeros a conseguir desarrollos ya aterrizados con cannabinoides para enfermedades específicas.

Nuestra tragedia será que en los siguientes años los mexicanos traeremos del extranjero esos productos médicos para nuestros pacientes, cuando los pudimos haber generado con toda la capacidad científica y médica que existe en nuestro territorio.

Científicos de la Facultad de Medicina de la UNAM llevan 14 meses esperando respuesta de Cofepris respecto de al menos 10 protocolos presentados para investigar distintos probables usos medicinales de cannabinoides.

Los argumentos de Cofepris para no autorizar son incongruentes; piden cosas como demostrar buenas prácticas, la caducidad o estabilidad de la planta, aspectos que no son factibles de demostrar hoy en México simplemente porque es ilegal producir o trabajar cualquier cosa con mariguana.

El doctor Oláiz, quien fue comisionado de autorización sanitaria y dirige el Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud (CIPPS), advierte que si no logran agilizarse estos procesos para investigar sobre cannabis en México, obligarán a científicos nacionales a salir del país para hacer investigación en las naciones donde sí están aceptando esos protocolos porque saben la conveniencia de conseguir data y conocimiento para su población hacia futuro.

Por su lado, Janeliy López, integrante de Mama Cultiva y también socia fundadora de Amexicann, hace ver la deuda que el Poder Ejecutivo arrastra con familias de pacientes que se ven obligadas a cultivar cannabis y a hacerse de su terapia como pueden. El reglamento debió haber salido desde hace 3 años y ahora que ya sale se retrasa por errores en la estructura del impacto regulatorio..

Si hubiera voluntad, se encontraría la manera. Así como se encontró la opción para las pruebas PCR para Covid19 que por la emergencia Cofepris aceptó la información técnica que genera la misma Secretaría de Salud; lo mismo podría aplicar para los datos que se piden sobre cannabis y no obligarles a traer el insumo del extranjero.

Fuente: Mariberl Ramírez Coronel/EL Economista

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