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Lula y la Marihuana. Modelo Uruguayo declara su Ministro de Agricultura

El pasado domingo (30), Brasil  fue testigo de las elecciones más disputadas de su historia, de las que salió vencedor el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva frente a su oponente Jair Bolsonaro. 

En un ambiente de polarización, con su toma de posesión el escenario es algo complicado porque lo que han visto hasta ahora es una política prohibicionista y represiva contra las drogas que ha fracasado estrepitosamente, metiendo en la cárcel a la inmensa mayoría de los negros, los pobres y la periferia. Es importante recordar que el propio Lula sancionó en 2006 la actual ley de drogas (nº 11.343), cuyas consecuencias siguen teniendo un impacto negativo en la sociedad brasileña.

Cuales son las expectativas  del próximo gobierno en materia de legislación sobre el cannabis en Brasil?

Para Cecilia Galício, abogada, máster en Derecho Internacional Público por la Universidad de Lisboa, vicepresidenta del Consejo Municipal de Políticas Públicas sobre Drogas y Alcohol – COMUDA y miembro titular del Consejo Estatal de Políticas sobre Drogas de São Paulo – CONED/SP, la sociedad debe esperar un avance en estos temas, pero no sin provocarlos.

Con información de Sechat

Al ser cuestionada sobre la falta de posicionamiento en el tema del cannabis por parte del flamante presidente electo, Cecilia dice: «Atribuyo la ausencia de posiciones más claras sobre este tema al ambiente hostil formado por la polarización, ya que la fábrica de fake news activada durante la campaña propuso una distorsión de estos temas, haciendo del cultivo de estas agendas un arma de doble filo para la oposición».

Por otro lado, Lula no parece tener un plan muy concreto en cuanto al cannabis específicamente. En su momento, aseguró que el plan de su gobierno será “elaborado con la sociedad y aliados y entregado en la fecha que fije el Tribunal Superior Electoral

Algo que en México también estamos presenciando , el calculo político electoral en la discusión de legalización.

El director ejecutivo de la Asociación Nacional de Cáñamo Industrial (ANC), especialista en derecho regulatorio brasileño y miembro de la Comisión de Asuntos Regulatorios de la OAB-DF, Rafael Arcuri, quien explicó que la campaña adoptada por Lula no corresponde necesariamente a las directrices defendidas por el gobierno.

«Es necesario entender que ésta ha sido una de las elecciones más disputadas de la historia del país y que la campaña del presidente electo así lo entendió. Se omitieron deliberadamente cuestiones progresistas muy controvertidas», dijo el abogado.

Arcuri también dijo que «ahora, la expectativa es que el Gobierno empiece a plantear los temas que considera más relevantes, aunque entren en conflicto con la base más conservadora». Al mismo tiempo, es difícil predecir la forma y el momento en que se producirá. Tenemos un Congreso Nacional conservador y esto requerirá mucha articulación».

Acceso a la información

La falta de información ha sido siempre una de las principales barreras que dificultan el avance de la agenda del cannabis. Arcuri afirma que la desinformación no debe confundirse con el posicionamiento ideológico.

«Una ideología más conservadora y la falta de información correcta pueden ir de la mano, pero no necesariamente. Por lo tanto, es necesario informar al máximo a la población sobre lo que es esta agenda reguladora, sus beneficios económicos, la seguridad para la población, el potencial de creación de empleo, etc. Con ello conseguimos reducir el número de personas en contra y sentar a los grandes en la mesa de debate», subrayó.

Las políticas de drogas de Lula da Silva

El 21 de junio, dichas políticas fueron reveladas en un documento titulado Lineamientos para el Programa de Reconstrucción y Transformación de Brasil 2023-2026, publicado por el Partido de los Trabajadores (PT).

Nuevo ministro de Desarrollo Agrario de Brasil, la carta que se juega el cannabis legal

El gabinete de ministros que el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, presentó en tres tandas en el último bimestre amplió el número de cargos de 23 a 37 y consideró no sólo las currículas de los elegidos, sino también sus historias de vida.

El jueves se conoció el último paquete de nombramientos, que incluyó el de la excandidata presidencial por el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) Simone Tebet, además del de Silva. En la nómina también estuvo el diputado paulista del Partido de los Trabajadores (PT), Paulo Teixeira.

En su trabajo parlamentario Teixeira, nombrado ministro de Desarrollo Agrario, presentó en 2017 un proyecto de ley que tiene por fin “disciplinar el control, inspección y regulación del uso de cannabis y sus derivados”, entre otras disposiciones. La iniciativa busca regular la importación, exportación, siembra, cultivo, cosecha, producción, fabricación, tránsito, transporte, adquisición a cualquier título, almacenamiento, explotación, comercio, distribución, suministro, posesión y uso de cannabis y sus derivados.

“Tengo [ingresada] una propuesta que se asimila al proyecto de Uruguay”, contó Teixeira en una entrevista con la diaria. “Estuve en Uruguay antes de que sea aprobada la ley y después estuve para aprender”.

El proyecto contempla usos del cannabis, facultando a los médicos a recetar e informar al respecto de la planta y habilitando a los pacientes a cultivar, conservar y usar la hierba y sus derivados.

“En primer lugar, es importante aprobar el uso medicinal, que ya fue aprobado en comisión y cámara. Después creo que podemos salir de la estrategia de la guerra contra las drogas, que terminó siendo una estrategia de superencarcelamiento y fuerte represión a las comunidades más pobres, a las poblaciones afrodescendientes”, analizó el autor del proyecto. Y enfatizó: “Creo que tenemos que cambiar la política y, en ese cambio de políticas de drogas, el ejemplo que más se le aproxima al brasileño es el uruguayo”.

El uso recreativo de la planta está contemplado en la segunda parte de la iniciativa presentada por Teixeira, quien propone que los usuarios puedan adquirir la hierba en clubes de cultivo, conservar y transportar hasta 40 gramos.

También está previsto que se pueda cultivar hasta seis plantas hembras en el ámbito doméstico y conservar “sin prensar” hasta 40 gramos de flores. Ese cultivo estaría exento de registro, inspección y fiscalización. Además, esos límites podrían extenderse con la presentación de una receta prescrita por un médico.

“Se considera cultivo colectivo la siembra, cultivo y cosecha de cannabis con efecto psicoactivo desarrollado y mantenido por una asociación civil sin fines de lucro, creada y mantenida para este fin específico, con el objeto de satisfacer las necesidades de uso personal de sus miembros asociados”, refiere en la norma el ítem sobre clubes de cultivo.

El texto también contempla la regulación del uso industrial del cannabis, plantea las reglas para la producción a gran escala para exportación o provisión nacional y nombra como órgano ejecutor a la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria.

Un proyecto a la medida y semejanza del que en Uruguay cumple una década de vigencia en el año que empieza.

Un punto innovador es el que interpela al poder judicial y las fuerzas policiales, más parecido a algunos marcos regulatorios que rigen en estados de los Estados Unidos, y que contempla amnistías y liquidación de penas para personas con antecedentes o cargos relacionados con la posesión o el uso de cannabis.

“Si se reglamenta el uso adulto, evidentemente quien esté preso por esa razón va a salir. También propongo que en relación a las demás drogas hay que tener un criterio objetivo de cantidad para uso en determinada cantidad de días. Esa es la delimitación de quién es un traficante y quién es un usuario, tomado del modelo portugués”, agrega Teixeira.

La puja parlamentaria será una de las discusiones de este 2023 en Brasil, de la que Lula se atajó diseñando un gabinete de gran consenso partidario. En respuesta, el Parlamento le aprobó, aun antes de asumir, un plan social para que la paga que reciben 21 millones de excluidos quede fuera del límite legal de gasto durante su mandato.

¿Cuál es el papel de la sociedad civil brasileña en este momento?


La población tiene un papel fundamental en la legislación no sólo sobre el cannabis, sino sobre todos los aspectos relacionados con la política, ya que es su papel exigir soluciones públicas para la sociedad. Sin embargo, es importante recordar que esa presión debe hacerse de forma consciente y responsable, respetando los derechos de todos.

«El mayor obstáculo será la competencia entre los modelos de práctica, con grandes divergencias entre lo social y el capital. Para avanzar será necesario encontrar un punto de equilibrio coherente con Brasil. En sus discursos después de las elecciones, Lula habló de consejos para definir políticas públicas, tal vez el camino sea un gran debate público en la arena de un consejo social sobre el tema», dice Emílio Figueiredo, máster del programa de posgrado en justicia y seguridad del Instituto de Estudios Comparados en Administración de Conflictos de la Universidad Federal Fluminense (UFF) y fundador de la Red Jurídica para la Reforma de las Políticas de Drogas.

 

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