Antigua y Barbuda ha tomado una decisión innovadora al reconocer el derecho de los rastafaris a utilizar el cannabis como sacramento. El 8 de marzo de 2023, el primer ministro Gaston Browne concedió autorización sacramental a tres rastafaris para cultivar cannabis para uso religioso. Esta decisión histórica convierte a Antigua y Barbuda en el primer país del Caribe en registrar este derecho.

Antigua y Barbuda ha tomado una decisión innovadora al reconocer el derecho de los rastafaris a utilizar el cannabis como sacramento. El 8 de marzo de 2023, el primer ministro Gaston Browne concedió autorización sacramental a tres rastafaris para cultivar cannabis para uso religioso. Esta decisión histórica convierte a Antigua y Barbuda en el primer país del Caribe en registrar este derecho.

La medida está en consonancia con la Ley de Cannabis de 2018, que permite a las personas de grupos religiosos registrarse en la Autoridad de Cannabis Medicinal para cultivar y distribuir cannabis para uso sacramental. La ley también prevé la regulación y el control del cultivo, procesamiento, distribución y uso de cannabis con fines medicinales, científicos y de otro tipo.

El gobierno de Antigua y Barbuda también está explorando los beneficios económicos y socioeconómicos del cannabis. El Primer Ministro Browne anima a los grupos rastafaris a estudiar el aspecto comercial de este producto, indicando que la industria del cannabis podría contribuir al menos en un 10% a la producción económica en los próximos cinco a diez años. El gobierno ha concedido su primera licencia para cultivar cannabis a un consorcio local conocido como Grow Antigua y Barbuda.

Esta decisión de reconocer el derecho de los rastafaris a consumir cannabis como sacramento es significativa por muchas razones. El rastafarismo es un movimiento religioso que se originó en Jamaica en la década de 1930 y se ha extendido por todo el Caribe y más allá. El cannabis siempre ha sido parte integrante de las prácticas espirituales y culturales rastafaris. Sin embargo, el consumo de cannabis ha sido estigmatizado y criminalizado por muchas sociedades y gobiernos de todo el mundo, incluidos los del Caribe.

Al reconocer el derecho de los rastafaris a utilizar el cannabis como sacramento, Antigua y Barbuda da un paso adelante para acabar con este estigma y abordar las injusticias históricas que se han infligido a los rastafaris. Esta decisión también reconoce el significado cultural y espiritual del cannabis para los rastafaris.

Además, la decisión de explorar los beneficios económicos del cannabis es un reconocimiento del potencial que tiene esta industria para contribuir al desarrollo del país. La industria del cannabis está creciendo rápidamente en todo el mundo, con muchos países que legalizan el cannabis para uso medicinal y recreativo. Al adoptar esta industria, Antigua y Barbuda puede crear nuevas oportunidades para el crecimiento económico y el desarrollo.

La decisión de Antigua y Barbuda de reconocer el derecho de los rastafaris a consumir cannabis como sacramento es un momento histórico para el Caribe y un paso hacia una mayor justicia social y desarrollo económico. Al acoger la industria del cannabis y reconocer la importancia cultural y espiritual del cannabis para los rastafaris, Antigua y Barbuda ha dado un ejemplo a seguir por otros países.

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